Mi nombre es Vanessa. Y esta es mi historia.
He sido una filósofa de los seres humanos desde pequeña.
Estudié filología por mi pasión a la Literatura y mi devoción a las palabras, que siempre he pensado que son mucho más que un mero instrumento para comunicar; creo que más bien son esa vía de expresión de uno mismo, son su origen y destino, son el puente de unión entre distintas formas de vida.
Estudié educación para entender qué sucede en ese camino que une el pensamiento de dos o más individuos donde el deseo de hacer crecer a otros es suficiente para lograrlo, independientemente de sus capacidades.
Estudio psicología porque me ayuda a entender la biología del pensamiento, esa parte física que también forma parte de nosotros, los humanos.
Me formé en salud porque tenía mucho que aportar y quería entender cómo y porqué sanamos y cómo y por qué enfermamos.
Las flores de Bach me acercaron al mundo de las emociones y me sirvieron de ayuda a mí y a otras familias con las que trabajaba.
La Medicina Germánica me ayudó entender la salud de forma coherente, integrando nuestro pensamiento, nuestra embriología, nuestro sistema nervioso y cómo el cuerpo es capaz de hacer adaptaciones para ayudarnos.
La nutrición Unani me enseñó la diferencia entre salud alimentaria y negocio social.
Trabajar con la tierra me ha enseñado lo grande de las cosas pequeñas que son importantes para la vida.
Perdonar y entender me ayudó a vivir en pleno amor y sin miedo a ser lo que quiero ser.
Decidir ser terapeuta me está dando la posibilidad de enseñarte un camino de dicha.
Mi familia, mis hijos, mi marido, mi perra y mis otros animales, mis amigos, mi hogar y el resto del mundo me hacen disfrutar día a día de la vida y de su abundante tesoro.
Tengo mucho que agradecer y mucho que aportar, sueños, proyectos, estudios, técnicas, risas, conocimientos, experiencias...
VIDA...